Hora Santa
… dada
a Catalina Rivas por la Santísima Virgen María…
Permita Dios, en Su Infinita Misericordia,
que cada oración sea pronunciada con el corazón, como nos lo pide la Santísima
Virgen María…
Estamos seguros de que la Santísima
Virgen María protegerá a todos los fieles que se unan con Ella en esta Hora
Santa, pidiendo por la redención del mundo y, particularmente, por la
renovación eclesial que tanto anhelamos, para que nuestra Iglesia sea verdaderamente
una comunión de fe y fraternidad.
....................................................................Monsignor René Fernández Apaza
…………………………………………………………………………………...Arzobispo of Cochabamba
………………………………………………………
………………………………Bolivia, Sud América.
………………………………………………………………..…………………………..March 1, 1998
Mensajes sobre la Hora Santa dados en el marco de la Revelación
del Amor Santo:
30 de Diciembre del 2002
Mensaje
Público
“Yo he venido a ti, tu Jesús, nacido Encarnado. Estamos por empezar otro año. Durante este año que viene habrá guerras en muchos frentes. Pero la guerra más grande continúa siendo la que se libra en los corazones. Ésta es la guerra que, si el mal sale victorioso, genera guerra entre la gente y las naciones."
"Si los corazones eligen a Dios y Sus Mandamientos de Amor, ustedes tendrán paz. Por esta razón satanás se opone a estos Mensajes con tanta vehemencia y bajo la apariencia de bondad. Él no quiere que el mundo ame, sino que odie. El adversario busca la destrucción de ustedes."
"Pero Yo he venido a ustedes en busca de su ayuda. Necesito de cada uno de ustedes su cooperación con la Gracia. Recen sus Rosarios y pidan por la paz en los corazones. Hagan Horas Santas de reparación ante Mi Presencia Real."
"Aquí están los beneficios de una Hora Santa bien hecha:"
"Cuando dejan sus peticiones a los pies del altar, los ángeles se las llevan al Cielo."
"Cuando hacen una Hora Santa y luego rezan un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria por las intenciones del Santo Padre, el castigo por sus pecados es dispensado. O si ustedes ofrecen estas mismas oraciones pero ceden las Gracias obtenidas a una pobre alma del Purgatorio, ella será liberada."
"La práctica de hacer diariamente una Hora Santa saca la Verdad a la luz y dispersa la oscuridad."
"Yo atraigo a Mi Sagrado Corazón a quienes estiman Mi Presencia Real. Ellos serán atraídos rápidamente a través de los Aposentos de los Corazones Unidos. Yo convenceré sus conciencias, haciéndoles difícil que se resistan a Mí."
"Den a conocer estas cosas.”
“Yo he venido a ti, tu Jesús, nacido Encarnado. Estamos por empezar otro año. Durante este año que viene habrá guerras en muchos frentes. Pero la guerra más grande continúa siendo la que se libra en los corazones. Ésta es la guerra que, si el mal sale victorioso, genera guerra entre la gente y las naciones."
"Si los corazones eligen a Dios y Sus Mandamientos de Amor, ustedes tendrán paz. Por esta razón satanás se opone a estos Mensajes con tanta vehemencia y bajo la apariencia de bondad. Él no quiere que el mundo ame, sino que odie. El adversario busca la destrucción de ustedes."
"Pero Yo he venido a ustedes en busca de su ayuda. Necesito de cada uno de ustedes su cooperación con la Gracia. Recen sus Rosarios y pidan por la paz en los corazones. Hagan Horas Santas de reparación ante Mi Presencia Real."
"Aquí están los beneficios de una Hora Santa bien hecha:"
"Cuando dejan sus peticiones a los pies del altar, los ángeles se las llevan al Cielo."
"Cuando hacen una Hora Santa y luego rezan un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria por las intenciones del Santo Padre, el castigo por sus pecados es dispensado. O si ustedes ofrecen estas mismas oraciones pero ceden las Gracias obtenidas a una pobre alma del Purgatorio, ella será liberada."
"La práctica de hacer diariamente una Hora Santa saca la Verdad a la luz y dispersa la oscuridad."
"Yo atraigo a Mi Sagrado Corazón a quienes estiman Mi Presencia Real. Ellos serán atraídos rápidamente a través de los Aposentos de los Corazones Unidos. Yo convenceré sus conciencias, haciéndoles difícil que se resistan a Mí."
"Den a conocer estas cosas.”
1º de Julio del 2002
Mensaje Público
Viene Santo Tomás de Aquino. Dice: "Alabado sea Jesús. Hoy en día la conciencia del mundo se ha vuelto obtusa, es decir, espiritualmente ciega. Es como si una fuerza tuviera un dominio completo en el corazón del mundo evitando que discierna el mal."
"Todo lo que capta la atención de los medios de comunicación como: el terrorismo, la violencia, el aborto, la pedofilia, la homosexualidad, e incluso, el feminismo liberal, son espíritus malvados. Quienes practican estas cosas están cooperando con satanás. Tú no leerás esto en los periódicos ni lo escucharás en la televisión, pues hoy la acometida es hacer frente al problema (si es que es visto como un problema), y no a la causa, que es el mal en sí mismo."
"¿Cómo puede combatir el pueblo de Dios al mal que ha rodeado a nuestra sociedad con sus tentáculos, incluso a nuestras Iglesias y seminarios? Llámenlo por lo que es. No sean dóciles con el mal guardando silencio o aceptando la terminología que inspira satanás como: los estilos de vida alternativos, la paternidad planificada, el lenguaje inclusivo, la libertad de elección, y demás. Expongan al mal por lo que es."
"Recen el Rosario, el arma predilecta contra satanás. No es accidental que muchos que abrazan estos espíritus malvados también se oponen al Rosario. Hagan Horas Santas de Adoración. Cada Hora Santa debilita el reino de satanás. Ofrezcan Misas por aquellos que cooperan con el mal. La Misa es la oración más poderosa."
"Más que nada, no se queden callados. Sean hoy en el mundo una fuerza vocal contra satanás.”
Mensaje Público
Viene Santo Tomás de Aquino. Dice: "Alabado sea Jesús. Hoy en día la conciencia del mundo se ha vuelto obtusa, es decir, espiritualmente ciega. Es como si una fuerza tuviera un dominio completo en el corazón del mundo evitando que discierna el mal."
"Todo lo que capta la atención de los medios de comunicación como: el terrorismo, la violencia, el aborto, la pedofilia, la homosexualidad, e incluso, el feminismo liberal, son espíritus malvados. Quienes practican estas cosas están cooperando con satanás. Tú no leerás esto en los periódicos ni lo escucharás en la televisión, pues hoy la acometida es hacer frente al problema (si es que es visto como un problema), y no a la causa, que es el mal en sí mismo."
"¿Cómo puede combatir el pueblo de Dios al mal que ha rodeado a nuestra sociedad con sus tentáculos, incluso a nuestras Iglesias y seminarios? Llámenlo por lo que es. No sean dóciles con el mal guardando silencio o aceptando la terminología que inspira satanás como: los estilos de vida alternativos, la paternidad planificada, el lenguaje inclusivo, la libertad de elección, y demás. Expongan al mal por lo que es."
"Recen el Rosario, el arma predilecta contra satanás. No es accidental que muchos que abrazan estos espíritus malvados también se oponen al Rosario. Hagan Horas Santas de Adoración. Cada Hora Santa debilita el reino de satanás. Ofrezcan Misas por aquellos que cooperan con el mal. La Misa es la oración más poderosa."
"Más que nada, no se queden callados. Sean hoy en el mundo una fuerza vocal contra satanás.”
"Cuando dejan sus peticiones a los
pies del altar, los ángeles se las llevan al Cielo."
Adoración
Eterno Padre, yo Te
agradezco porque Tu infinito Amor me ha salvado, aún contra mi propia voluntad.
Gracias, Padre mío, por Tu inmensa Paciencia que me ha esperado. Gracias, Dios
mío, por Tu Inconmensurable Compasión que tuvo piedad de mí. La única
recompensa que puedo darte en retribución de todo lo que me has dado es mi
debilidad, mi dolor y mi miseria.
Estoy delante Tuyo,
Espíritu de Amor, que eres fuego inextinguible y quiero permanecer en Tu Adorable
Presencia, quiero reparar mis culpas, renovarme en el fervor de mi Consagración
y entregarte mi homenaje de Alabanza y Adoración.
Jesús bendito,
estoy frente a Ti y quiero arrancar a Tu Divino Corazón innumerables Gracias
para mí y para todas las almas, para la Santa Iglesia, Tus sacerdotes y
religiosos. Permite, oh Jesús, que estas horas sean verdaderamente horas de
intimidad, horas de amor en las cuales me sea dado recibir todas las Gracias
que Tu Corazón Divino me tiene reservadas.
Virgen María, Madre
de Dios y Madre mía, me uno a Ti y Te suplico me hagas partícipe de los
sentimientos de Tu Corazón Inmaculado.
¡Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y Te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no Te aman.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, Te adoro profundamente y Te ofrezco el Preciosísimo
Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos
los Sagrarios del mundo, en Reparación de todos los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los Méritos infinitos de Su
Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, Te pido la conversión de
los pobres pecadores.
Acto de Fe y Adoración
Creo, oh Jesús, con
mi más viva fe, que estás realmente Presente, aquí, delante mío, bajo las
especies Eucarísticas; Tú, el Verbo Eterno del Padre, Engendrado desde todos
los siglos y Encarnado luego en las entrañas de la Virgen Madre, Jesucristo
Redentor y Rey. Creo, realmente, que estás Presente en la Verdad Inefable de Tu
Divinidad y de Tu Humanidad.
Jesús, eres el
mismo de Belén, el Divino Niño que aceptara por mí, el aniquilamiento, la
pobreza y la persecución. Eres el Jesús de Nazaret, que por mi amor abrazó el
ocultamiento, las fatigas y la obediencia. Eres el Divino Maestro, Aquel que
vino para enseñarme las dulces Verdades de la fe, a traer el gran Mandamiento
del Amor: Tu Mandamiento. Eres el Salvador Misericordioso, el que Te inclinas
sobre todas mis miserias con infinita comprensión y conmovedora bondad, pronto
siempre a perdonar, a curar, a renovar. Eres la Víctima Santa, Inmolada para Gloria
del Padre y Bien de todas las almas. Eres el Jesús que por mí sudó Sangre en el
Huerto de Getsemaní; Quien por mí sufrió la condenación de tribunales humanos,
la dolorosísima Flagelación, la cruel y humillante Coronación de espinas, el
martirio cruel de la Crucifixión. Eres Quien quiso agonizar y morir por mí. Tú
eres Jesús Resucitado, el Vencedor de la muerte, del pecado y del infierno.
Quien está deseoso de comunicarme los Tesoros de la Vida Divina que posees en
toda Su Plenitud.
Jesús mío, Te
encuentras aquí, Presente en la Hostia Consagrada, Santa, con un Corazón
desbordante de ternura, un Corazón que ama infinitamente. En Tu Corazón, Jesús,
encuentro el Amor Infinito, la Caridad Divina: Dios, Principio de Vida,
existente y vivificante. ¡Qué dulce me es, Dios mío, Trinidad Santísima,
adorarte en este Sagrario en el que ahora estás!
Por ello me uno a
los Ángeles y Santos quienes, invisibles pero presentes y vigilantes junto a Tu
Sagrario, Te adoran incesantemente. Me uno, sobre todo, a Tu Santísima Madre y
a los sentimientos de profunda Adoración y de intenso Amor que brotaron de Su
alma desde el primer instante de Tu Encarnación y cuando Te llevaba en Su seno
inmaculado.
Y mientras Te adoro
en éste Sagrario, lo hago en todos los del mundo y, especialmente, en aquellos
en los cuales estás más abandonado y olvidado. Te adoro en cada Hostia
Consagrada que existe entre el Cielo y la tierra.
Te adoro, Dios
Padre, porque por medio de Cristo has descendido hasta mi humanidad y porque,
por Su Corazón Adorable, Te has unido tan estrechamente al hombre, a mí, pobre
criatura ingrata. Te adoro en este Templo, Santificado por la Presencia siempre
actual de Tu Ser Divino; me postro hasta la nada, en Adoración delante de Tu
Majestad Soberana pero, al mismo tiempo, el Amor me eleva hasta Ti.
Te adoro, Dios
Padre, y Te amo; el Amor y la Adoración están totalmente confundidos y
mezclados en mi alma, tanto que no sabría decir si más adoro que amo o si más
amo que adoro... Te adoro porque encuentro en Ti todo Poder y toda Santidad, Justicia
y Sabiduría; porque Tú eres mi Creador y mi Dios. Te amo porque encuentro en Ti
toda belleza, toda bondad, toda ternura y toda misericordia. Te amo porque me
has hecho el regalo de un Tesoro invalorable.
Jesús es mi Tesoro,
es mío y a cada instante puedo sacar de Él Gracias a manos llenas, pues Lo
encuentro siempre abundante. De Él tomo cuanto necesito para pagar mis deudas,
para remediar mis necesidades, encontrar delicia, ganarme una corona. ¡Qué Don
inefable es éste Jesús con Su Corazón desbordante de ternuras! Un Tesoro que
jamás se agota: mientras más saco, Él más aumenta.
Oh, Dios Padre,
tanto has amado a Tus criaturas que les diste a Tu Único Hijo y, para que la
Majestad de Tu Verbo no nos infundiese temor y nuestras almas se pudieran
dirigir a Él con confianza, Lo revestiste de una carne semejante a la nuestra.
Lo has embellecido con las Gracias más atrayentes y, sobre todo, Le has dado un
Corazón infinitamente perfecto; tanto que debía ser la morada de Tus delicias,
porque Tu Divina Plenitud vive en Él y la más humilde de las criaturas tiene
allí su lugar de privilegio.
Ese Adorado
Corazón, Inmenso como Tú, Dios mío, porque Te contiene, es también mi morada,
pues me ama. En Él me encuentro con Tu Divinidad y, al verme en este Sagrado
asilo, Tu justa ira se aplaca y Tu justicia se desarma.
Te adoro, Dios
Padre, por Jesús y en Jesús. Adoro a Jesús, Tu Hijo, quien por Su Humanidad es
mi hermano y por Su Divinidad es mi Dios. Te amo por Jesús y con Jesús. Te amo
por el Corazón de Jesús, que el amor hizo mío. Te amo en Jesús. Por Él Te llega
mi amor, por Él puedo alcanzarte y abrazarte.
R/: Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita
y creo en Tu amor por mí.
En el Misterio sublime de la Unidad de Tu Naturaleza y
de la Trinidad de Tus Personas, R/.
En la armonía de Tus Perfecciones
innumerables, R/.
En la riqueza inagotable con
que haces los seres de la nada, R/.
En la pacífica posesión de Tu Eterna
Bienaventuranza, R/.
En la Sabiduría Infinita con
que gobiernas todas las cosas, R/.
En la Bondad inefable con que
elevas al hombre a la dignidad de hijo Tuyo, R/.
En la Misericordia infinita
con que toleras y conservas al pecador, R/.
En el misterioso decreto que
estableció la Redención, R/.
En el infinito abajamiento de
Tu Encarnación, R/.
En las humillaciones, en los
ocultamientos, en los trabajos de Tu vida terrena, R/.
En los oprobios de Tu Pasión y
Muerte, R/.
En la Gloria de Tu
Resurrección, de Tu Ascensión y de Tu Triunfo en los Cielos, R/.
En Tu Divino Corazón, abierto
por la lanza en el Calvario, R/.
En Tu Divino Corazón revelado
a Tus Santos en el transcurso de los siglos, R/.
En Tu Divino Corazón que late
de Amor por nosotros en Tu pecho adorable y Presente en nuestros Sagrarios, R/.
En Tu Divino Corazón, desbordante de Misericordia para
los pobres pecadores, especialmente en el Sacramento de la Penitencia, R/.
En Tu Sacerdocio, que a través
de los siglos continúa Tu obra de Misericordia y de Salvación, R/.
En Tu Vicario, que Te
representa visiblemente en la tierra, R/.
En la Iglesia, que conserva y
dispensa a las almas los Tesoros de Tu Divina Gracia, R/.
En su magisterio infalible, en
su sabio gobierno, en su inefable Poder de Santificación, R/.
En María Santísima, Tu Madre,
enriquecida con tantos Privilegios y constituída también Madre, Corredentora y
Abogada nuestra, R/.
En la exuberante fecundidad
con que produces Santos, R/.
En la conmovedora generosidad
con que dispensas Tus Dones, R/.
En el misterioso trabajo de la
Gracia en la intimidad de las almas, R/.
En el Don purificador de Tu
Cruz, R/.
En la maravillosa Providencia
con que sigues a cada criatura en el curso de su vida, R/.
En Tu Gloria Infinita, que
comunicas a Tus elegidos haciéndolos eternamente felices en el Cielo, R/.
Señor: La Iglesia,
en la recitación del Gloria de la Santa Misa, me invita a darte gracias por Tu
gran Gloria, me invita a agradecerte, glorificarte y alabarte por lo que Tú
eres, Dios mío. Por este motivo, me es grato repetirte: Te doy gracias, porque
eres el Amor Infinito.
Después de haberme
postrado para adorarte en el Corazón de Jesús, quiero agradecerte. Te
agradezco, mi Dios, porque Tú eres el Amor y Te agradezco por los Dones de Tu Amor.
Y ya que los Dones más preciados, los de la Vida Sobrenatural, nos los diste
por Jesús, es también por Él, con Él y en Él que quiero elevar hasta Ti el Himno
de reconocimiento.
En unión con Jesús Te
agradezco, Dios Padre, por todas las Gracias personales que me has concedido.
Tú me diste la vida, sacándome de la nada y me la conservaste día a día hasta
este momento. Pero Tú Me has dado otra Vida más valiosa, la de la Gracia, que
me hace partícipe de Tu misma Vida Divina y, después de la primera Gracia con
la que me santificaste en el día del Bautismo, ¡cuántas Gracias me han sido
concedidas, que conservaron, aumentaron y, tal vez, reconquistaron la Vida Sobrenatural!
Pienso en los Dones de Tu Amor de los que tanto he
gozado:
En la Iglesia, que me has dado
para que sea mi maestra y guía hacia la Eternidad.
En los Sacerdotes, que me han
otorgado los Dones de Tu Amor.
En los perdones
continuadamente renovados.
En la Eucaristía, que ha sido
para mí, alimento, sostén y consuelo.
En la Virgen, que es mi buena
Madre, mi consoladora, mi ayuda, mi especial protectora en cada instante de mi
vida.
En el Paraíso, que me has
preparado y que con Tu Gracia espero alcanzar.
Contemplo mi vida
sembrada de alegrías y dolores y comprendo que todo en ella ha sido Amor. Todo,
oh mi Dios, porque de Tu Corazón amante no puede salir nada que no sea Gracia y
Amor.
Por todo esto, R/: Te doy gracias, Dios mío.
Por las alegrías que me has
permitido gozar, así como por los dolores y las pruebas con que has sembrado mi
camino, R/.
Por las Gracias conocidas y
por las desconocidas, R/.
Por los favores del pasado y
los del futuro, R/.
Por todo lo que has hecho en
mí y por mí, y por todo lo que todavía querrás hacer en el futuro, R/.
Sobre todo, por haberme
llamado al conocimiento de Tu Amor y a consagrarme a Él, R/.
Por la Luz y la Alegría Tuyas,
que estoy tan lejos de merecer, R/.
Por la Luz y la Alegría que el
conocimiento de Tu Amor trajo a mi vida, R/.
Por la posesión de Tu Amor que
Te hace mío y a mí me hace Tuyo, R/.
Pero no quiero y no
puedo darte gracias sólo por mí. Te doy gracias también por todos los Dones que
Tu Amor ha derramado en la Iglesia. Por los beneficios otorgados a los Ángeles
y a los Santos, alabanzas perennes de Tu Amor. Y sobre todo, por los beneficios
innumerables que has hecho a María Santísima, nuestra dulce Madre. Te doy
gracias por haberla hecho tan grande, tan Santa, tan hermosa. Te doy gracias
por los Privilegios que Le concediste, por el Trono de Gloria sobre el cual La
colocaste, por la Misión que Le confiaste. Te doy gracias por haber hecho de
esta Criatura predilecta, una Madre en la que puedo y debo colocar todas mis
esperanzas.
Para que mi
reconocimiento sea más eficaz me permito, oh Señor, vivificarlo con el Amor.
Por eso Te digo y Te repito: que Te amo con todo mi corazón, con toda mi alma,
con toda mi mente y con todas mis fuerzas.
A Ti, que eres el Amor
Infinito, R/: Te amo, Dios mío.
A Ti, que me has salvado por
Tu Amor, R/.
A Ti, que me ordenas amarte, R/.
Con todo mi corazón, R/.
Con toda mi alma, R/.
Con todo mi espíritu, R/.
Con todas mis fuerzas, R/.
Por encima de todos los bienes
y honores, R/.
Por encima de todos los placeres y las alegrías, R/.
Más que a mí mismo y que a
todo cuanto me pertenece, R/.
Más que a mis padres y que a
mis amigos, R/.
Más que a todos los hombres y
ángeles, R/.
Por encima de todas las cosas
creadas en el Cielo y en la tierra, R/.
Solamente por Ti mismo, R/.
Porque Tú eres el Sumo Bien, R/.
Porque Tú eres infinitamente
digno de ser amado, R/.
Porque Tú eres infinitamente
perfecto, R/.
Aunque no me hubieras
prometido el Paraíso, R/.
Aunque no me amenazaras con el
infierno, R/.
Aunque me probases con la miseria y la desventura, R/.
En la abundancia y en la
pobreza, R/.
En la prosperidad y en el
infortunio, R/.
En los honores y en los
desprecios, R/.
En las alegrías y en los
dolores, R/.
En la salud y en la
enfermedad, R/.
En la vida y en la muerte, R/.
En el tiempo y en la Eternidad,
R/.
En unión al Amor con que todos
los Santos y Ángeles Te aman en el Cielo, R/.
En unión al Amor con que Te
ama la Bienaventurada Virgen María, R/.
En unión al Amor Infinito con
que nos amas eternamente, R/.
Oh, Dios mío, que
posees en una abundancia incomprensible todo cuanto puede haber de Perfecto y
digno de Amor, extingue en mí todo amor culpable, sensual y desordenado hacia
las criaturas, y enciende en mi corazón el fuego purísimo de Tu Amor, a fin de
que ame sólo a Ti, por Ti, hasta el punto que, consumido en Tu Santísimo Amor,
pueda yo ir a amarte eternamente en el Cielo, con los elegidos. Amén.
Señor, ahora quiero
hacer ante Ti reparación. Oh, Jesús, Víctima Divina de nuestros Altares, grande
y único Reparador, yo también me uno a Ti para cumplir, Contigo y por medio
Tuyo, el oficio de pequeña alma reparadora.
Y me dirijo también
a Ti, oh Madre mía, para que así como en el Calvario ofreciste al Padre a Tu
Jesús, que se inmolaba por Su Gloria y por la Salvación de las almas, así
renueves en este momento el Místico Ofrecimiento en mi lugar.
En el Cáliz de Tu
Corazón Inmaculado ofrece, oh Virgen dulce, los Dolores de Jesús junto a los
Tuyos, para invocar la Divina Misericordia sobre mí y sobre el mundo entero.
Después de haberte dado gracias por Tus Dones sin fin, ¿cómo puedo no
confundirme a la vista de mis culpas y de mis infidelidades? ¡Con cuánta
ingratitud y frialdad he respondido a Tus beneficios!
Postrado ante Ti,
que tanto me has amado, lleno de confusión y de arrepentimiento, invoco Tu
perdón y Tu Misericordia.
Por el mal uso que hice de los dones naturales
recibidos: mi vida, mis energías, mi tiempo, mis sentidos, mi inteligencia, mi
lengua,
R/: Oh, Jesús, ¡ten piedad de mí!
R/: Oh, Jesús, ¡ten piedad de mí!
Por las desobediencias,
pequeñas y grandes a Tu Ley, R/.
Por los deberes descuidados o
mal cumplidos, R/.
Por
el bien que pude hacer y no hice, R/.
Porque dejé triunfar muchas
veces en mí las malas inclinaciones del orgullo, de la vanidad y del egoísmo, R/.
Porque no practiqué el Mandamiento
de Caridad, como Tú lo ordenaste, R/.
Porque dejé estériles en mí
tantas Gracias, R/.
Por la tibieza con que
practiqué mi vida de piedad, R/.
Por la indiferencia y frialdad
con que respondí a los Dones de Tu Amor, R/.
Por haber preferido muchas veces a las criaturas y las
satisfacciones humanas, en lugar de Ti y de Tus consolaciones, R/.
Por la poca fidelidad y
generosidad con que he vivido mi Consagración, R/.
Por la falta de fe y abandono
en Tu Amor, R/.
Por la falta de dedicación a
las almas y a la Iglesia, R/.
Por mis rebeliones y mi poco
amor a Tu Voluntad y a Tu cruz, R/.
Me confundo en Tu Presencia, oh mi Dios.
Me arrodillo a Tus pies.
Me postro junto a Ti, oh Jesús, Hostia Divina,
Redentor y Salvador mío, como un día la Magdalena. Y si bien es cierto que soy
indigno de Tu Amor, estoy seguro que tendrás para mí, la misma ternura
misericordiosa.
Miserere Salmo 51 (50)
Misericordia, Dios mio, por Tu Bondad,
por Tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra Ti, contra Ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado Tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de Tu Rostro,
no me quites Tu Santo Espíritu.
Devuélveme la alegría de Tu Salvación,
afiánzame con Espíritu generoso:
enseñaré a los malvados Tus caminos,
los pecadores volverán a Ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua Tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará Tu Alabanza.
Los sacrificios no Te satisfacen:
si Te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
Tú no lo desprecias.
Señor, por Tu Bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre Tu Altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre,
y por los siglos
de los siglos.
Amén.
Con la confianza de
haber obtenido de Tu Infinita Misericordia el perdón por mis innumerables
culpas, ofensas y negligencias me permito, oh Jesús, pedirte perdón también por
mis hermanos.
Pienso en los
innumerables pecados que se cometen en el mundo día a día: pecados de los
individuos y de las naciones, pecados de los súbditos y de los gobernantes;
pecados de orgullo, de sensualidad y de codicia; pecados de pensamiento, de
palabra, de obras y de omisión.
Por todos estos
pecados y por los pobres infelices que los cometen, me atrevo a pedir, oh
Jesús, la efusión de Tu Infinita Misericordia. Son los pecados los que Te
hicieron agonizar en el Huerto de los Olivos y sumergieron Tu Alma Santísima en
un mar de tristeza.
No olvides, oh
Jesús, que libremente quisiste cargar con ellos; que has querido “hacerte
pecado”, para borrar los nuestros; no olvides, oh Jesús, que Te ofreciste a la Ira
del Padre, para rescatar a Tus hermanos culpables.
Oh Jesús, Te ruego
renueves Tu ofrecimiento al Padre, presentándole nuevamente Tus Llagas;
muéstrale las espinas, los flagelos y los clavos que traspasaron Tus Carnes;
pero, especialmente, hazle ver Tu Corazón herido y rebosante de Amor por Él y
por nosotros, y pide Su perdón.
Recuerda, oh Jesús,
que mayor que todas nuestras culpas es Tu Misericordia. Viértela, oh Jesús,
sobre el mundo culpable. Busca las ovejas que se alejaron de Tu redil y
muéstrales cuán grande es la Potencia de Tu amor de Salvador.
Y ya que Tu Corazón
está herido por las culpas de los más íntimos, para los que renuevan el beso de
Judas o la negación de Pedro, también para ellos, oh Jesús, invoco Tu perdón.
Que ninguno de ellos cumpla el gesto desesperado de Judas, sino que Tu Gracia
los induzca, como a Pedro, a una reparación de amor.
Letanías al
Sagrado Corazón de Jesús
V: Señor, ten piedad
de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad
de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad
de nosotros.
R:
Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo,
escúchanos.
R:
Cristo, escúchanos.
V: Dios, Padre Celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo,
Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu
Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, Un
solo Dios,
R: ten
piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús,
Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de
Jesús, unido substancialmente al Verbo de Dios, R/.
Corazón de
Jesús, de Majestad Infinita, R/.
Corazón de
Jesús, Templo Santo de Dios, R/.
Corazón de
Jesús, Tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de
Jesús, Casa de Dios y Puerta del Cielo, R/.
Corazón de
Jesús, lleno de Bondad y Amor, R/.
Corazón de
Jesús, hoguera ardiente de Caridad, R/.
Corazón de
Jesús, asilo de Justicia y de Amor, R/.
Corazón de
Jesús, lleno de Bondad y de Amor, R/.
Corazón de
Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de
Jesús, digno de toda Alabanza, R/.
Corazón de
Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en Quien están todos
los Tesoros de la Sabiduría y la Ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en Quien habita toda la Plenitud
de la Divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en Quien el Padre halló Sus Complacencias,
R/.
Corazón de
Jesús, en Cuya Plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de
Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de
Jesús, paciente y de mucha Misericordia, R/.
Corazón de
Jesús, rico para todos los que Te invocan, R/.
Corazón de
Jesús, fuente de Vida y de Santidad, R/.
Corazón de
Jesús, Propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de
Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de
Jesús, hecho obediente hasta la Muerte, R/.
Corazón de
Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de
Jesús, Vida y Resurrección nuestra, R/.
Corazón de
Jesús, Paz y Reconciliación nuestra, R/.
Corazón de
Jesús, Víctima de los pecadores, R/.
Corazón de
Jesús, Salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti
mueren y esperan, R/.
Corazón de
Jesús, delicia de todos los Santos, R/.
V: Cordero de Dios,
que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.
V: Cordero de Dios,
que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios,
que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y
humilde de Corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de
Jesús,
R: en
Vos confío.
V: Sagrado Corazón de
María,
R:
salvad el alma mía.
V: Jesús y María os
quiero con toda mi alma,
R:
salvad almas y salvad el alma mía.
Súplica
Antes de alejarme
de este Santo Sagrario quiero, oh Jesús mío, recurrir a las riquezas infinitas
de Tu Corazón Divino.
Consagrado a Tu Amor,
creo que no puedo pedir nada mejor que la satisfacción de Tus mismos Deseos.
Son éstos, Tus Deseos Divinos, los que quiero presentar al Padre antes de
terminar este Tiempo de Gracias y en Tu Nombre suplicar que los escuche.
El primer Deseo de
Jesús es la Salvación de las almas; redimir al mundo mediante el Amor,
establecer el Reino del Amor Infinito en toda la tierra.
Permite pues, oh
Jesús, que exprese mi ardiente voto de que se establezca en todo el mundo el
Reino de Tu Amor. Oh Amor Infinito, viviente en el Divino Corazón de Jesús,
hazte conocer de los hombres a fin de que ellos Te amen como Tú quieres ser
amado.
El segundo Deseo de
Jesús es el de servirse, para este gran trabajo, de los Sacerdotes; hacer de
ellos obreros activos y, por su intermedio, obrar en las almas y en el mundo.
Oh Jesús, Sacerdote
Eterno y Salvador del mundo, para realizar este ardiente Deseo de Tu Corazón,
multiplica las vocaciones. Envía muchos y Santos operarios a Tu mies.
Oh Jesús, haz de
cada Sacerdote un verdadero sembrador de Tu Amor.
Te ruego por el
Santo Padre, por los Obispos, por todos los Sacerdotes que me han hecho bien...
por todos los Sacerdotes.
Te pido, oh Jesús
que los sostengas en las batallas, los confortes en la soledad, los alientes en
los fracasos, fecundes sus fatigas y derrames en sus corazones el Amor de Tu
Corazón Divino.
Señor, para celar Tu Honra y Tu Gloria,
R/: danos Sacerdotes santos.
R/: danos Sacerdotes santos.
Señor, para aumentar nuestra fe, R/.
Señor, para sostener Tu Iglesia, R/.
Señor, para predicar Tu Doctrina, R/.
Señor, para defender Tu causa, R/.
Señor, para contrarrestar el error, R/.
Señor, para aniquilar las sectas, R/.
Señor, para sostener la Verdad, R/.
Señor, para dirigir nuestras almas, R/.
Señor, para mejorar las costumbres, R/.
Señor, para desterrar los vicios, R/.
Señor, para iluminar al mundo, R/.
Señor, para enseñar las Riquezas de Tu Corazón, R/.
Señor, para hacernos amar al Espíritu Santo, R/.
Señor, para que todos Tus ministros sean luz del mundo
y sal de la tierra, R/.
Oh Jesús, Sacerdote
Santo, Te pedimos con la mayor humildad del alma, que aumentes las vocaciones
sacerdotales y que los formes según los designios de Tu amante Corazón. Sólo
así conseguiremos Sacerdotes Santos y pronto en el mundo no habrá más que un
sólo rebaño y un sólo Pastor. Amén.
Oración
conclusiva
Oh, Jesús,
Sacerdote Eterno, Divino Sacrificado, Tú que en un impulso de incomparable Amor
a los hombres, Tus hermanos, hiciste brotar de Tu Sagrado Corazón el Sacerdocio
cristiano, dígnate continuar derramando sobre Tus ministros, los torrentes
vivificantes del Amor Infinito.
Vive en Tus
Sacerdotes, transfórmalos en Ti; hazlos, por Tu Gracia, instrumentos de Tu Misericordia;
obra en ellos y por ellos, y haz que, después de haberse revestido totalmente
de Ti, por la fiel imitación de Tus Adorables Virtudes cumplan, en Tu Nombre y
por el Poder de Tu Espíritu, las obras que Tú mismo realizaste para la Salvación
del mundo.
Divino Redentor de
las almas, mira cuán grande es la multitud de los que aún duermen en las
tinieblas del error; cuenta el número de las ovejas descarriadas que caminan
entre precipicios; considera la turba de pobres, hambrientos, ignorantes y
débiles que gimen en el abandono.
Vuelve, Señor, a
nosotros por Tus Sacerdotes, revive verdaderamente en ellos, obra por medio de
ellos y pasa de nuevo por el mundo, enseñando, perdonando, consolando,
sacrificando y renovando los lazos sagrados del Amor, entre el Corazón de Dios
y el corazón del hombre. Amén.
Haz, oh Jesús, que
la Obra de Tu Amor responda siempre plenamente a los fines para los cuales la
quisiste; haz que se extienda y se consolide y conquiste todas las almas al
Reino dulcísimo de Tu Amor.
Oh, Jesús, he
pedido Tu Reino. No es necesario que pida nada para mí, tendré todo el resto
por añadidura. Tú conoces lo que necesito; mira y haz lo que Tu Corazón Te
sugiera. Yo me confío a Tu Corazón, me abandono en Tu dulce Providencia y,
mientras, Te doy gracias por el Don de estas horas de intimidad Contigo. Te
agradezco desde ya, unido a María, por todos los Beneficios que Tu Amor me
reserva aún en el tiempo y en la Eternidad.
. . . "Cuando hacen una Hora Santa y luego rezan un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria por las intenciones del Santo Padre, el castigo por sus pecados es dispensado. O si ustedes ofrecen estas mismas oraciones pero ceden las Gracias obtenidas a una pobre alma del Purgatorio, ella será liberada."
Cántico de la
Santísima Virgen:
“el Magníficat”
“el Magníficat”
Proclama mi alma la Grandeza del Señor,
se alegra Mi espíritu en Dios, Mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de Su esclava.
Desde ahora Me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en Mí:
Su Nombre es Santo, y Su Misericordia
llega a Sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con Su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, Su siervo,
acordándose de la Misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Fuente imágenes:… http://www.revistaecclesia.com/con-la-adoracion-eucaristica-comienzan-los-actos-de-la-fiesta-de-las-familias-2012-en-madrid/
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