El Escapulario consiste de dos piezas pequeñas de lana color café conectadas por una cuerda, que se lleva sobre los hombros. El Escapulario debe ser de color café, de forma rectangular y estar hecho de lana de cordero 100 por ciento (como símbolo de Jesús, Cordero Dios). Las cuerdas que unen las piezas de lana pueden ser de cualquier color o material y también se pueden colocar, opcionalmente, retratos en los escapularios. Sin embargo, el Escapulario debe llevarse sobre los hombros, una parte al frente y la otra a la espalda.
La devoción del Escapulario nació el 16 de julio de 1251, cuando Nuestra Santísima Madre se le apareció a San Simón Stock, Superior General de la Orden Carmelita, en respuesta a sus sinceras oraciones pidiendo ayuda. Sosteniendo el Escapulario frente a él, Nuestra Señora le habló y le dijo:
“Toma este Escapulario. Quienquiera que lo lleve a la hora de la muerte no sufrirá el fuego eterno. El Escapulario será un signo de salvación, de protección ante el peligro y una promesa de paz”.
Esta importante promesa fue aumentada aún más unos ocho años después cuando la Reina del Cielo se le apareció a Jean Dr�ze (quien más tarde sería el Papa Juan XXII), a quien le dijo que “aquellos que han sido investidos con este Hábito Santo serán liberados del Purgatorio el primer Sábado después de su muerte”. Esta gran promesa secundaria asociada con el Escapulario es llamada el Privilegio Sabatino (Sábado), y está basada en un decreto emitido por Juan XXII en 1322 (y vuelto a confirmar 400 años más tarde por el Papa Pablo V). En nuestro propio siglo, el Papa Benedicto XV, como signo de su aprobación, otorgó 500 días de indulgencia por cada vez que se bese el Escapulario. En esencia, el Escapulario es una oración en la cual Nuestra Señora nos acerca más al Sagrado Corazón de Su Divino Hijo. Por más de setecientos años se ha comprobado que la promesa del Escapulario tiene un firme fundamento teológico y ha sido confirmada con milagros que la Beata Claude de la Colombiere ha llamado “más numerosos y auténticos” que cualquiera otra devoción sacramental.
Fuente: … http://www.fatima.org/span/essentials/message/sweapons.asp#boa
Fuente imagen: … http://archicofradiadelcarmenguadix.blogspot.com/2010/09/consagracion-la-virgen-del-carmen.html
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La Hermana Lucía y el
Escapulario de la Virgen del Carmen
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El 13 de septiembre de 1917, la Virgen de Fátima les anunció a los tres pastorcitos la venida de Nuestra Señora del Monte Carmelo el mes siguiente. El 13 de octubre, durante la clausura del ciclo de las apariciones, cuando la conversación de Lucía con Nuestra Señora del Rosario había llegado a su fin, cuando la muchedumbre contemplaba el grandioso milagro cósmico, los tres pastorcitos experimentaron varias visiones. Se les concedió el poder admirar en el cielo tres imágenes sucesivas, la última de las cuales era la de Nuestra Señora del Monte Carmelo recordando los Misterios Gloriosos del Rosario. Esa misma tarde, Lucía le relataría su visión al Canónigo Formigao: Al final, la Virgen, Quien se me apareció, "creo que era Nuestra Señora del Monte Carmelo."
A finales de la década de los 40, en el transcurso de una conversación con tres sacerdotes Carmelitas, el Padre Donald O�Callagham, el Padre Albert Ward y el Padre Luis Gonzaga de Oliveira, la Hermana María-Lucía del Inmaculado Corazón (conocida como la Hermana Lucía) recordó que la Santísima Virgen María deseaba que se propagara la devoción del santo Escapulario. Si Nuestra Señora, durante Su última aparición pública, lo tuvo en Sus manos, fue para urgirnos a que lo llevásemos puesto, exactamente como ocurrió en las apariciones previas, la presencia de Su Rosario claramente había manifestado los deseos de Su Corazón.
La mensajera del Cielo también se lo explicó al Padre Howard Rafferty cuando éste la interrogó en nombre del Superior General de los Carmelitas, el 15 de octubre de 1950: “Nuestra Señora”, le dijo Lucía, "sostenía en Sus manos el Escapulario porque Ella desea que todos lo llevemos puesto."
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