miércoles, 2 de marzo de 2011

Novena a la Santa Faz


CELINE MARTIN,

HERMANA DE SANTA TERESA DE LISIEUX

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Oración de Consagración
¡Oh Faz amabilísima de Jesús!; Aquí vengo, atraído por Tu dulce mirada, que como Divino imán, arrebata mi corazón aunque pobre y pecador!
¡Oh Jesús!, quisiera enjugar Tu adorable Faz y consolarte de las injurias y olvido de los pecadores.
¡Oh Rostro hermosísimo!, las lágrimas que brotan de Tus ojos me parecen diamantes, que quiero recoger para comprar con ellos las almas de mis hermanos.
¡Oh amado Jesús!, si yo tuviera el amor de todos los corazones, todo sería para Ti.
Envía, Señor, almas, sobre todo almas de apóstoles y de mártires para abrasar en Tu amor a la multitud de los desgraciados pecadores.
¡Oh adorable Jesús!, mientras aguardo el día eterno en que contemplaré Tu Gloria infinita, mi único deseo es venerar Tu Faz Santísima, a la cual consagro desde ahora para siempre mi alma con sus potencias y mi cuerpo con sus sentidos.
¡Oh mi Jesús!, haz que Tu Rostro lastimado sea aquí abajo mi encanto y mi cielo.
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Novena a la Santa Faz
Por la señal...
Acto de contrición. Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno.
Ofrezco mis sufrimientos como expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me sea impuesta; ayudado de Vuestra Divina Gracia propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Jesús mío, Misericordia!
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Te adoro, oh Jesús mío, Hijo de Dios Vivo y de María Virgen, que por mi amor diste la vida en el ara de la Cruz. A Ti me consagro con todo mi corazón, suplicando humildemente que Te dignes imprimir en mi alma la imagen de Tu Rostro adorable.
¡Oh Padre Eterno! Mira la Faz de Tu Cristo y por sus méritos infinitos concédeme un ardiente deseo de reparar las injurias hechas a Tu Divina Majestad y la Gracia que deseo obtener en esta novena. Así sea.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda.
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Hacer la petición.
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Padrenuestro en honor de la Santa Faz
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¡Muéstranos, Señor, Tu Faz y seremos salvos!
Oh Dios Omnipotente y Misericordioso, concede, Te pedimos, que cuantos veneramos la Faz de Tu Cristo, desfigurada en la Pasión a causa de nuestros pecados, merezcamos contemplarla eternamente en el resplandor de la Gloria Celestial. Amén.
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Día primero ¡Oh Amorosísimo Jesús! No sólo Tu Palabra, sino también la expresión de Tu Faz abrasada en Amor nos revelaron, en el Cenáculo, la vehemencia con que habías ansiado la hora de quedarte con nosotros en la Eucaristía. Enciende en mi corazón vivos anhelos de visitarte y recibirte frecuentemente con la pureza de los ángeles.
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Día segundo ¡Oh Víctima Divina, mi buen Jesús! Tu Faz venerable pegada al suelo de Getsemaní y bañada en copioso Sudor de Sangre, me descubre la grandeza de Tus dolores y la gravedad de mis pecados. Dame a mi y a todos los pecadores un sincero arrepentimiento con firmísimo propósito de nunca más pecar.
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Día tercero ¡Oh Amabilísimo Jesús! Tu augusta y serena Faz quedó sombreada con inmensa tristeza al recibir en Tu frente el beso del traidor Judas. Hazme, Te suplico, participante de Tu íntima aflicción por tantos sacrilegios como cometen los que se acercan a recibirte en pecado mortal.
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Día cuarto: ¡Oh Mansísimo Jesús! Tu Faz de infinita Bondad es objeto del más vil insulto inferido por la cruel mano de un criado en casa de Anás. Te hieren, Salvador mío, porque aborrecen Tus Palabras de justicia y de caridad sin límites. No permitas que jamás tome yo venganza de mis enemigos, antes bien les perdone siempre de todo corazón.
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Día quinto: ¡Oh Pacientísimo Jesús! En la noche oscura de Tu Pasión, Tu Faz Sacrosanta pareció semejante a la de un leproso. Desprecios, salivazos, bofetadas e injurias sin número afearon Tu hermosísimo Rostro. Perdona, Señor, a Tu pueblo ingrato que todavía afrenta con su irreligiosidad y blasfemias Tu Santísimo Nombre.
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Día sexto: ¡Oh soberano Rey Jesús! La majestuosa dignidad de Tu Faz vilipendiada y coronada de espinas proclamó solemnemente Tu realeza sobre las naciones, confirmada por la profética voz de Pilatos ante el pueblo judío al decirle: "He aquí vuestro Rey". Concédeme, oh Rey de la Gloria, un ardoroso celo de propagar Tu Reino aun a costa de mi propia sangre.
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Día séptimo: ¡Oh generosísimo Jesús! Tu Faz de Dios-Hombre se iluminó súbitamente con los resplandores de un santo gozo al estrechar entre Tus brazos la suspirada cruz. Dame aliento para tomar resueltamente mi Cruz y seguirte con ánimo constante y generoso hasta el fin de mi vida.
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Día octavo: ¡Oh tiernísimo Jesús! ¡Cuál debió de ser la bondad de Tu Faz cuando la Verónica con blanco sudario la limpiaba! ¡Con qué amorosa gratitud la miraste, y cuál no sería su asombro al hallar impreso en su lienzo Tu Santísimo Rostro! Haz que contemple, Redentor mío, Tu Pasión con tanto amor y ternura que los rasgos purísimos de Tu Faz queden grabados en mi corazón.
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Día noveno: ¡Santísimo Jesús! Tu Faz de Reparador Divino, cubierta con las sombras de la muerte, aplacó la Justicia del Padre, y Tus últimas Palabras fueron prenda segura de eterna felicidad. Sean, oh Salvador mío, mi vida y mi muerte, una continua reparación, unida a la Tuya y a la de Tu Madre Santísima, a quien yo también invocaré siempre, con el dulcísimo nombre de Madre.
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