miércoles, 23 de junio de 2010

Natividad de san Juan Bautista - 24 de junio

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Junio 24 ………Natividad de San Juan Bautista……….Solemnidad 
 
Antífona de Entrada Sal 97, 1-2
Vino un hombre enviado por Dios y su nombre era Juan. Vino para dar testimonio de la Luz, y prepararle al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo.
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Se dice Gloria.
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Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que enviaste a san Juan Bautista para prepararle a Cristo, el Señor, un pueblo dispuesto a recibirlo, alegra ahora a Tu Iglesia con la abundancia de los Dones del Espíritu y guíala por el camino de la Salvación y de la Paz.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.


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Primera Lectura Isaías (49, 1-6)
Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, Él pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de Su mano, me hizo flecha puntiaguda, me guardó en Su aljaba y me dijo:
                                             “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré Mi Gloria”.
Entonces yo pensé: “En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios”.
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera Su servidor, para hacer que Jacob volviera a Él y congregar a Israel en torno Suyo —tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza—. Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que seas Mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que Mi Salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
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Salmo 138……….R- TE DOY GRACIAS, PORQUE ME HAS ESCOGIDO PORTENTOSAMENTE
Tú me conoces, Señor, profundamente:
Tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos,
Tú observas mi camino y mi descanso, 
todas mis sendas Te son familiares.

Tú formaste mis entrañas, 
me tejiste en el seno materno.
Te doy gracias por tan grandes maravillas;
soy un prodigio y Tus obras son prodigiosas.

Conocías plenamente mi alma;
no se Te escondía mi organismo,
cuando en lo oculto me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra.
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Segunda Lectura Hechos de los Apóstoles (13, 22-26)
Hermanos:
En aquellos días, Pablo les dijo a los judíos: “Hermanos: Dios les dio a nuestros padres como rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según Mi Corazón, quien realizará todos Mis designios.
Del linaje de David, conforme a la Promesa, Dios hizo nacer para Israel un Salvador: Jesús.              
Juan preparó Su Venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: ‘Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene Uno a Quien no merezco desatarle las sandalias’.
Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este mensaje de Salvación les ha sido enviado a ustedes”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor
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Aleluya, Lc 1, 76
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a
preparar Sus caminos.
Aleluya
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Santo Evangelio según Lucas (1,57-66.80)
Gloria a Ti, Señor
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Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: “No. Su nombre será Juan”. Ellos le decían: “Pero si ninguno de tus parientes se llama así”.
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. El pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso.
Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: “¿Qué va a ser de este niño?” 
Esto lo decían, porque realmente la Mano de Dios estaba con él. El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel.
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús
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Oración de los Fieles
Celebrante:
Oremos con confianza a Dios, que, con el nacimiento de Juan el Bautista, inauguró la etapa definitiva de la preparación de Su pueblo, para recibir al Salvador y digamos: Te rogamos, óyenos
...
Celebrante:
Gracias, Padre, porque cuidas de Tu pueblo y no dejas de enriquecerlo con profe-
tas que dan su vida en el anuncio de Tu buena noticia; escucha las oraciones que Te hemos presentado en la solemnidad del nacimiento de San Juan Bautista, y por los méritos de su vida, unidos a los de Tu Hijo, llévanos cada vez más cerca de Ti.

Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este Sacrificio que vamos a ofrecerte para celebrar el nacimiento de San Juan Bautista, quien anunció la Venida de nuestro Salvador y señaló Su Presencia entre los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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-->Prefacio La misión de San Juan Bautista
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y Eterno, por Cristo nuestro Señor. 
Ya que en la persona de Su precursor, Juan el Bautista, podemos alabar Tu magnificencia, que lo distinguió con particular honor entre todos los hombres.
El fue, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo y aun antes de nacer, saltó de gozo por la visita del Salvador. Sólo a él fue dado entre todos los profetas presentar al Cordero, Redentor del mundo. Bautizó con el agua, que habría de quedar santificada, al mismo Autor del Bautismo, por Quien mereció dar el testimonio supremo de su sangre.
Por eso, unidos a los ángeles, Te aclamamos llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...
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Antífona de la Comunión Jn 15, 1.5
Por la Misericordia entrañable de nuestro Dios, nos ha visitado la Luz que nace de lo alto
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Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que la Comunión que hemos recibido al celebrar el nacimiento del precursor de Tu Hijo, renueve en nosotros el amor y la fidelidad a Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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