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Domingo de Ramos
Abril 13, 2014 ……………............... …. (Ciclo A)
Abril 13, 2014 ……………............... …. (Ciclo A)
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La Procesión de las palmas simboliza el recibimiento entusiasta del
pueblo de Jerusalén a Jesús de Nazaret. Hoy iniciamos la Semana Santa. Jesús en
estos días va a consumar Su entrega y, por tanto, la Redención del género
humano, tal como Dios Padre desea y pone en las manos de Su Hijo Unigénito.
Este domingo, que es el gran pórtico de la Semana Santa, vamos a escuchar,
entera, la Pasión del Señor narrada en el evangelio San Mateo. Relato formidable
que nos prepara e informa para mejor vivir los días grandes de nuestra fe.
Iniciemos pues con emoción esta tan especial asamblea de este Domingo de Ramos..
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Antífona de Entrada Mt 21, 9
Hosanna al Hijo de David.
Bendito El que viene en Nombre del Señor, el Rey de
Israel.
Hosanna
en el Cielo.
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Bendición de
los ramos
Oremos:
Aumenta, Señor, la fe de los que tenemos en Ti
nuestra esperanza y concede a quienes agitamos estas palmas en honor de Cristo
victorioso, permanecer unidos a Él para dar frutos de buenas obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Santo Evangelio
según SAN MATEO 21, 1-11.
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Gloria a Ti,
Señor
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Cuando
se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos,
Jesús mandó dos discípulos, diciéndoles:
--
Id a la aldea de enfrente, encontraréis enseguida una borrica atada con su
pollino, desatadlos y traédmelos. Si alguien os dice algo, contestadle que el
Señor los necesita y los devolverá pronto.
Esto
ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: "Decid a la hija de
Sión: 'Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en un asno, en un
pollino, hijo de acémila'."
Fueron
los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y
el pollino, echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. La multitud extendió
sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la
calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba:
--
¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito
el que viene en Nombre del Señor! ¡Hosanna en el Cielo!
Al
entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada:
-- ¿Quién es Éste?
La gente que venía con Él decía:
-- Es
Jesús, el Profeta de Nazaret de Galilea.
Palabra del
Señor.
Gloria a Ti,
Señor Jesús.
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Antífona
I
Los hijos de Israel, llevando ramos de olivo, salieron
al encuentro del Señor, clamando:
“Hosanna en el Cielo”.
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Salmo
23……….
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Del Señor es la tierra y lo que ella tiene,
el orbe todo y los que en él
habitan,
pues Él lo edificó sobre los
mares,
Él fue Quien lo asentó sobre
los ríos.
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¿Quién subirá hasta el monte del
Señor? ¿Quién podrá entrar en Su recinto Santo?
El de corazón limpio y manos puras
y que no jura en falso.
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Ese obtendrá la bendición de
Dios
y Dios, su salvador, le hará
justicia.
Esta es la clase de hombres que
Te buscan
y vienen ante Ti, Dios de
Jacob.
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¡Puertas, ábranse de par en par;
agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el Rey de la
Gloria!
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Y ¿quién es el Rey de la Gloria?
Es el Señor, fuerte y poderoso,
el Señor, poderoso en la
batalla.
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¡Puertas, ábranse de par en par;
agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el Rey de la
Gloria!
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Y ¿quién es el Rey de la Gloria?
El Señor, Dios de los
ejércitos,
es el Rey
de la Gloria.
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Antífona
II
Los niños hebreos
extendían mantos por el camino y aclamaban: “Hosanna al Hijo de David, Bendito
el que viene en Nombre del Señor”.
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Salmo
46……….
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Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo: porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra.
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Él nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones; Él nos escogió por heredad Suya: gloria de Jacob, Su amado.
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Dios asciende entre
aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas: |
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad; porque Dios es el Rey del mundo: tocad con maestría.
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Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en Su Trono sagrado: los príncipes de los gentiles se reúnen con el pueblo del Dios de Abrahán, porque de Dios son los grandes de la tierra, y Él es excelso. |
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Himno
a Cristo Rey…… R- ¡GLORIA, ALABANZA Y HONOR!
………………………………………………. ¡Gritad Hosanna, y haceos como los niños hebreos
…………………………………………..al paso del Redentor!
…………………………………………. ¡Gloria y honor al que viene en el Nombre del Señor!
….
Como Jerusalén con su traje
festivo,
vestida de palmeras, coronada de olivos, viene la cristiandad en son de romería a inaugurar Tu Pascua con himnos de alegría.
Ibas como va el sol a un ocaso
de gloria;
cantaban ya Tu muerte al cantar Tu victoria. Pero Tú eres el Rey, el Señor, el Dios Fuerte, la Vida que renace del fondo de la Muerte. |
Tú, que amas a Israel y
bendices sus cantos,
complácete en nosotros, el pueblo de los santos; Dios de toda bondad que acoges en Tu seno cuanto hay entre los hombres sencillamente bueno. |
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Responsorio
“Al entrar el Señor”.
V. Al entrar el Señor en la Ciudad Santa, los hijos de
Israel, anticipándose
a la Resurrección del Señor de la Vida,
con palmas en las manos, clamaban:
Hosanna en el Cielo.
R.
Hosanna
en el Cielo.
V. Al enterarse de que Jesús llegaba
a Jerusalén, el pueblo salió a Su encuentro con palmas en las manos, clamando:
Hosanna en el Cielo.
R.
Hosanna
en el Cielo.
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MISA DE LA PASIÓN
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Oración
Colecta
Oremos:
Dios Todopoderoso
y Eterno, que has querido entregarnos como ejemplo de humildad
a Cristo, nuestro Salvador, hecho hombre y clavado en una
cruz, concédenos vivir según las enseñanzas de Su Pasión,
para participar con Él, un día, de Su gloriosa Resurrección.
Por nuestro
Señor Jesucristo...
Amén.
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Primera Lectura…ISAÍAS
50, 4-7
En aquel entonces, dijo Isaías:
“El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras
mañana, el Señor despierta Mi oído, para que escuche Yo, como
discípulo. El Señor Dios Me ha hecho oír Sus Palabras y Yo no he
opuesto resistencia ni Me he echado para atrás.
Ofrecí la espalda a los que Me golpeaban, la
mejilla a los que Me tiraban de la barba. No aparté Mi Rostro de los
insultos y salivazos. Pero el Señor Me ayuda, por eso no quedaré
confundido, por eso endureció Mi Rostro como roca y sé que no quedaré
avergonzado”.
Palabra de
Dios.
Te alabamos,
Señor.
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Salmo
21……….R- DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
Al verme, se burlan de Mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
Acudió al Señor, que Lo ponga a salvo;
que Lo libre, si tanto Lo quiere. R.-
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Me acorrala una jauría de mastines,
Me cerca una banda de malhechores;
Me taladran las manos y los pies,
puedo contar Mis huesos. R.-
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Se reparten Mi ropa,
echan a suertes Mi túnica.
Pero Tú, Señor, no Te quedes lejos;
fuerza Mía, ven corriendo a ayudarme. R.-
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Contaré Tu fama a Mis hermanos,
en medio de la asamblea Te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
tenedlo, linaje de Israel. R.-
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Segunda Lectura… FILIPENSES 2, 6-11
Hermanos:
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía
aferrarse a las prerrogativas de Su Condición Divina, sino
que, por el contrario, se anonadó a Sí mismo, tomando
la condición de siervo, y Se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, Se humilló a Sí mismo y
por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios Lo exaltó sobre todas las cosas y Le
otorgó el Nombre que está sobre todo nombre, para que, al Nombre
de Jesús, todos doblen la rodilla en el Cielo, en la tierra y en los
abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor,
para Gloria de Dios Padre.
Palabra de
Dios.
Te alabamos,
Señor.
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ACLAMACIÓN Fil 2, 8,9
Honor y gloria a Ti, Señor Jesús.
Cristo Se humilló por nosotros y por obediencia
aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz.
Por
eso Dios Lo exaltó sobre todas las cosas y Le otorgó el Nombre que
está sobre todo nombre.
Honor y gloria a Ti, Señor Jesús.
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† PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO 26, 14-27, 66
Gloria a Ti,
Señor
C. En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado
Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
S.
-- ¿Qué estáis dispuestos a darme, si os Lo entrego?
C.
Ellos se
ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión
propicia para entregarlo.
C. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y Le
preguntaron:
S. -- ¿Dónde quieres que Te preparemos la cena de
Pascua?
C.
Él
contestó
† -- Id a la ciudad, a casa de Fulano, y
decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua
en tu casa con Mis discípulos."
C.
Los
discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
C.
Al
atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
† --Os aseguro que uno de vosotros Me va a
entregar.
C. Ellos, consternados,
se pusieron a preguntarle uno tras otro:
S.
-- ¿Soy yo acaso, Señor?»
C.
Él
respondió:
† -- El que ha mojado en la misma fuente que Yo,
ése Me va a entregar. El Hijo del hombre Se va, como está escrito de Él; pero,
¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.
C.
Entonces
preguntó Judas, el que Lo iba a entregar:
S.
-- ¿Soy yo acaso, Maestro?
C.
Él
respondió:
† --Tú lo has dicho.
C. Durante la cena, Jesús cogió pan, pronunció la bendición, lo partió y lo
dio a Sus discípulos, diciendo:
† --Tomad,
comed: esto es Mi Cuerpo.
C. Y, cogiendo una copa, pronunció la Acción de Gracias y se
la dio diciendo:
† -Bebed
todos; porque Ésta es Mi Sangre, Sangre de la Alianza, derramada por todos para
el perdón de los pecados. Y os digo que no beberé más del fruto de la vid,
hasta el día que beba con vosotros el vino nuevo en el Reino de Mi Padre.
C. Cantaron el salmo y salieron para el monte de los Olivos.
C. Entonces Jesús les dijo:
† -- Esta
noche vais a caer todos por Mi causa, porque está escrito: "Heriré al
pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño." Pero cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea.
C. Pedro replicó:
S. -- Aunque todos caigan
por Tu causa, yo jamás caeré.
C. Jesús le dijo:
† -- Te
aseguro que esta noche, antes que el gallo cante, Me negarás tres veces.
C . Pedro Le replicó:
S. -- Aunque tenga que
morir Contigo, no Te negaré.
C.- Y lo mismo decían los demás discípulos.
C.
Entonces
Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo:
† --
Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.
C.
Y,
llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a
angustiarse.
Entonces
dijo:
† -- Me muero de tristeza: quedaos aquí y velad
Conmigo.
C. Y, adelantándose un
poco, cayó Rostro en tierra y oraba diciendo:
† -- Padre Mío, si es posible, que pase y se
aleje de Mí ese cáliz. Pero no se haga lo que Yo quiero, sino lo que Tú
quieres.
C. Y Se acercó a los
discípulos y los encontró dormidos.
Dijo
a Pedro:
† -- ¿No habéis podido velar una hora Conmigo? Velad y orad para no
caer en la tentación, pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil.
C.
De nuevo
se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
† -- Padre Mío, si este Cáliz no puede pasar sin
que Yo lo beba, hágase Tu Voluntad.
C.
Y,
viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados.
Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba, repitiendo las mismas palabras.
Luego se acercó a Sus discípulos y les dijo:
† --Ya podéis dormir y descansar. Mirad, está
cerca la hora, y el Hijo del
hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que Me entrega.
C.
Todavía
estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un
tropel de gente, con espadas y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los
ancianos del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña:
S. -- Al que yo bese, Ése es; detenedlo.
C.
Después
se acercó a Jesús y Le dijo:
S.
-- ¡Salve, Maestro!
C.
Y Lo
besó. Pero Jesús le contestó:
† --
Amigo, ¿a qué vienes?
C. Entonces se acercaron
a Jesús y Le echaron mano para detenerlo. Uno de los que estaban con Él agarró
la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo
sacerdote.
Jesús
le dijo:
† -- Envaina la espada; quien usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no puedo acudir a Mi Padre? Él Me mandaría enseguida más
de doce legiones de ángeles. Pero entonces no se cumpliría la Escritura, que
dice que esto tiene que pasar.
C.
Entonces
dijo Jesús a la gente:
† --
¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como a un bandido? A diario Me sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no Me
detuvisteis.
C.
Todo
esto ocurrió para que se cumpliera lo que escribieron los profetas. En aquel
momento todos los discípulos Lo abandonaron y huyeron.
C. Los que detuvieron a
Jesús Lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido
los escribas y los ancianos. Pedro Lo seguía de lejos, hasta el palacio del
sumo sacerdote, y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver en qué
paraba aquello.
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban
un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte y no lo encontraban,
a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente,
comparecieron dos, que dijeron:
S. -- Éste ha dicho: "Puedo destruir el templo de
Dios y reconstruirlo en tres días."
C. El sumo sacerdote se
puso en pie y Le dijo:
S. -- ¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos
cargos que levantan contra Ti?
C. Pero Jesús callaba. Y
el sumo sacerdote Le dijo:
S. -- Te conjuro por Dios Vivo a que nos digas si Tú
eres el Mesías, el Hijo de Dios.
C. Jesús le respondió:
† --Tú
lo has dicho. Más aún, Yo os digo: Desde ahora veréis que el Hijo del hombre
está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del
cielo.
C. Entonces el sumo
sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo:
S. -- Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de
testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué decidís?
C. Y ellos contestaron:
S. -- Es reo de muerte.
C. Entonces Le
escupieron a la cara y Lo abofetearon; otros Lo golpearon, diciendo:
S. -- Haz de profeta, Mesías; ¿quién Te ha pegado?
C.
Pedro
estaba sentado fuera en el patio, y se le acercó una criada y le dijo:
S.
--También tú andabas con Jesús el Galileo.
C.
Él lo
negó delante de todos, diciendo:
S.
-- No sé qué quieres decir.
C.
Y, al
salir al portal, lo vio otra y dijo a los que estaban allí:
S.
-- Éste andaba con Jesús el Nazareno.
C.
Otra vez
negó él con juramento:
S. -- No conozco a Ese hombre.
C.
Poco
después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro:
S.
-- Seguro; tú también eres de ellos, te delata tu acento.
C.
Entonces
él se puso a echar maldiciones y a jurar, diciendo:
S. -- No conozco a Ese hombre.
C.
Y
enseguida cantó un gallo. Pedro se acordó de
aquellas palabras de Jesús: «Antes de que cante el gallo, Me negarás tres veces.» Y, saliendo afuera,
lloró amargamente.
C.
Al
hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron para preparar la
condena a muerte de Jesús. Y, atándolo, Lo
llevaron y Lo entregaron a Pilato, el gobernador.
C.
Entonces
Judas, el traidor, al ver que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y
devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos,
diciendo:
S.
--He pecado, he entregado a la muerte a un inocente.
C.
Pero
ellos dijeron:
S.
--¿A nosotros qué? ¡Allá tú!
C.
Él,
arrojando las monedas en el templo, se marchó; y fue y se ahorcó. Los sumos
sacerdotes, recogiendo las monedas, dijeron:
S.
-- No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio de
sangre.
C.
Y,
después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para
cementerio de forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía «Campo de
Sangre». Así se cumplió lo escrito por Jeremías, el profeta: «Y tomaron las
treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los
hijos de Israel, y pagaron
con ellas el Campo del Alfarero, como
me lo había ordenado el Señor.»
C. Jesús fue llevado
ante el gobernador, y el gobernador Le preguntó:
S. --¿Eres Tú el Rey de los judíos?
C. Jesús respondió:
† --Tú
lo dices.
C. Y, mientras Lo
acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada. Entonces
Pilato Le preguntó:
S. -- ¿No oyes cuántos cargos presentan contra Ti?
C. Como no contestaba a
ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el
gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Había entonces un
preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:
S. -- ¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a
Jesús, a Quien llaman el Mesías?
C. Pues sabía que se Lo
habían entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su
mujer le mandó a decir:
S. -- No te metas con ese justo, porque esta noche he
sufrido mucho soñando con Él.
C. Pero los sumos
sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente que pidieran el indulto de
Barrabás y la muerte de Jesús.
El gobernador preguntó:
S. -- ¿A cuál de los dos queréis que os suelte?
C. Ellos dijeron:
S. -- A Barrabás.
C . Pilato les preguntó:
S. -- ¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?
C. Contestaron todos:
S. -- Qué Lo crucifiquen.
C. Pilato insistió:
S. -- Pues, ¿qué mal ha hecho?
C. Pero ellos gritaban
más fuerte:
S. -- ¡Que Lo crucifiquen!
C. Al ver Pilato que
todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y
se lavó las manos en presencia de la multitud, diciendo:
S. -- Soy inocente de esta Sangre. ¡Allá vosotros!
C. Y el pueblo entero
contestó:
S. -- ¡Su Sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros
hijos!
C. Entonces les soltó a
Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, Lo entregó para que Lo crucificaran.
C. Los soldados del
gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de Él a toda
la compañía: Lo desnudaron y Le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando
una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y Le pusieron una caña en la
mano derecha. Y, doblando ante Él la rodilla, se burlaban de Él, diciendo:
S. -- ¡Salve, Rey de los judíos!
C. Luego Le escupían, Le
quitaban la caña y Le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la burla, Le
quitaron el manto, Le pusieron Su ropa y Lo llevaron a crucificar.
C. Al salir, encontraron
a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz.
Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir: «La Calavera»), Le
dieron a beber vino mezclado con hiel; Él lo probó, pero no quiso beberlo.
Después de crucificarlo, se repartieron Su ropa, echándola a suertes, y luego
se sentaron a custodiarlo. Encima de Su cabeza colocaron un letrero con la
acusación: «Éste es Jesús, el Rey de los judíos». Crucificaron con Él a dos
bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.
C. Los que pasaban Lo
injuriaban y decían, meneando la cabeza:
S. -- Tú que destruías el templo y lo reconstruías en
tres días, sálvate a Ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz.
C. Los sumos sacerdotes con
los escribas y los ancianos se burlaban también, diciendo:
S. -- A otros ha salvado, y Él no se puede salvar. ¿No
es el Rey de Israel? Que baje ahora de la cruz, y Le creeremos. ¿No ha confiado
en Dios? Si tanto Lo quiere Dios, que Lo libre ahora. ¿No decía que era Hijo de
Dios?
C. Hasta los bandidos
que estaban crucificados con Él Lo insultaban.
C. Desde el mediodía
hasta la media tarde, vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media
tarde, Jesús gritó:
† -- Elí, Elí, lamá sabaktaní.
C. (Es decir:
† -- Dios mío, Dios mío, ¿por qué Me has
abandonado?)
C. Al oírlo, algunos de
los que estaban por allí dijeron:
S. -- A Elías llama éste.
C. Uno de ellos fue
corriendo; en seguida, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en
una caña, Le dio a beber.
Los demás decían:
S. -- Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.
C. Jesús dio otro grito
fuerte y exhaló el espíritu.
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(Todos se arrodillan,
y se hace una pausa)
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C.
Entonces,
el velo del
templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se
rajaron. Las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Después que Él resucitó, salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad Santa
y se aparecieron a muchos.
El
centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, el ver el terremoto y lo que
pasaba, dijeron aterrorizados:
S. -- Realmente Éste era Hijo de Dios.
C.
Había
allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a
Jesús desde Galilea para atenderlo; entre ellas, María Magdalena y María, la
madre de Santiago
y José, y la madre de los Zebedeos.
C. Al anochecer, llegó
un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús.
Éste acudió a Pilato a pedirle el Cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que Se lo
entregaran. José, tomando el Cuerpo de Jesús, Lo envolvió en una sábana limpia,
Lo puso en el Sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra
grande a la entrada del Sepulcro y se marchó. María Magdalena y la otra María
se quedaron allí, sentadas enfrente del Sepulcro.
C.
A la
mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los sumos
sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:
S. -- Señor, nos hemos acordado que aquel impostor,
estando en vida, anunció: "A los tres días resucitaré." Por eso, da
orden de que vigilen el Sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan Sus
discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los
muertos. La
última impostura sería peor que la primera.”
C.
Pilato contestó:
S.
--Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis.
C. Ellos fueron, sellaron la piedra y con la guardia
aseguraron la vigilancia del Sepulcro.
Palabra del
Señor.
Gloria a Ti,
Señor Jesús.
..
Se dice Credo..
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Oración de los Fieles
Celebrante:
Oremos a Dios, Autor de nuestra Salvación, y,
sabiendo que Jesús es el que viene en Su Nombre para
salvarnos de la muerte y del pecado, digámosle:
Te rogamos, óyenos.
...
Celebrante:
Dios y Salvador del mundo, escucha nuestras
súplicas confiadas, y haz que la contemplación de los Misterios de
nuestra Redención nos haga más sensibles a Tu Voz que nos llama a la Santidad
y al compromiso con los pobres y necesitados.
Por Jesucristo
nuestro Señor.
Amén.
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Oración sobre
las Ofrendas
Que la Pasión
de Tu Hijo, actualizada en este Santo Sacrificio que vamos a
ofrecerte, nos alcance, Señor, de Tu Misericordia, el perdón que no
podemos merecer por nuestras obras.
Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Amén.
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Prefacio… La Pasión del Señor
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber
y Salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
Santo, Dios Todopoderoso y Eterno, por Cristo nuestro Señor.
El cual siendo inocente, se dignó padecer por los
pecadores y fue injustamente condenado por salvar a los
culpables; con Su Muerte borró nuestros delitos y, resucitando, conquistó nuestra
justificación.
Por
eso, Te alabamos con todos los ángeles y Te aclamamos con voces
de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo...
.
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Antífona de
la Comunión Mt
26 42
Padre Mío, si este Cáliz
no puede pasar sin que Yo lo beba, hágase Tu Voluntad.
.
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Oración
después de la Comunión
Oremos:
Ven, Señor, en ayuda de Tu pueblo y, ya que nos has iniciado en los misterios de Tu Reino, haz que abandonemos nuestra antigua vida de pecado y vivamos, ya desde ahora, la novedad de la Vida Eterna.
Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Amén.
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