A ti recurrimos (de León XIII, para después del Rosario)
A ti recurrimos en nuestra tribulación bienaventurado
José, y después de implorar el socorro de tu Santísima Esposa, pedimos también
confiadamente tu patrocinio. Por el afecto que te unió con la Inmaculada
Virgen, Madre de Dios, y por el amor paternal con que trataste al Niño Jesús,
te rogamos que nos auxilies para llegar a la posesión de la herencia que
Jesucristo nos conquistó con Su Sangre, nos asistas con tu poder y nos socorras
en nuestras necesidades.
Protege , oh prudentísimo guardián de la Sagrada Familia
a la raza elegida de Jesucristo; presérvanos, oh Padre amantísimo, de toda
mancha de error y corrupción; muéstratenos propicio, y asístenos desde lo alto
del Cielo, oh poderosísimo libertador nuestro en la batalla que estamos
librando contra el poder de las tinieblas. Y así como libraste al Niño Jesús
del peligro de la muerte, defiende a ahora a la Santa Iglesia de Dios contra
las asechanzas del enemigo y contra toda adversidad.
Concédenos tu perpetua protección, a fin de que, animados
por tu ejemplo y tu asistencia, podamos vivir santamente, piadosamente morir y
así alcanzar la Eterna Beatitud del Cielo. Así sea.
Esta oración ha sido prescrita por S.S. Leon XIII, para después del rezo público del Rosario en el mes de octubre. Sin embargo, puede rezarse en cualquier época del año, empezándola así: A ti recurrimos en nuestra tribulación bienaventurado José, e imploramos confiadamente tu patrocinio, etc.
El mismo Pontífice, concedió
indulgencia de siete años y siete cuarentenas por cada vez que se rece
devotamente esta oración, después del rezo público del Rosario durante el mes
de octubre y 300 días de indulgencia una vez por día, rezándola en cualquier
otro tiempo del año.
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Triduo a San José para pedir una Gracia
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I. San José, a ti acudo para que obtengas del Sagrado
Corazón de Jesús la Gracia que te pido...y así, por tu valiosa intercesión te
agradeceré eternamente.
Gloria al Padre...
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Gloria al Padre...
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II. Acuérdate que nadie en el mundo, por más pecador que
haya sido, fue desilucionado en la fe y en la esperanza depositadas en ti; por
el contrario, resplandecen las Gracias y brillan los favores que tú otorgas a
los afligidos. Muéstrate potente y generoso también conmigo y así diré:
"Honor para siempre al Padre adoptivo de Jesús".
Gloria al Padre...
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Gloria al Padre...
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III. Sublime jefe de la Sagrada Familia, te venero
profundamente y de todo corazón te invoco. Dígnate consolar con tu ayuda mi
alma dolorida que no encuentra descanso en medio de la angustia. San José,
consolador de los afligidos, ten piedad de mi dolor.
Gloria al Padre...
Gloria al Padre...
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Para pedir la Intimidad con Dios
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Oh Patrono mío, San José, que viviste y caminaste
constantemente en la Presencia del Amor; castísimo Esposo de la Virgen,
consagrado como Ella en holocausto a Jesús que Os eligió para sí.
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Tú eres modelo de silencio adorante, de obediencia alegre
y sincera a la Palabra. ¡Tú eres el contemplativo, cuya alma vivió de rodillas
ante el Hijo del Padre! Tú que conoces los caminos de la oración: ilumíname y
llévame de la mano hacia la Intimidad Divina.
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Revélame los secretos del Corazón de Jesús que reposó en
tu seno, soñando con el seno del Padre. Hazme hijo de María, tú que viviste en
su escuela de fidelidad y abandono. Tu corazón paternal y virginal que murió de
amor en los brazos de Jesús y de María enamoren el mío, tan frío y frágil, para
poder amar a Jesús como siempre lo amaste y serviste.
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Ayúdame a considerar la fecundidad de la Vida escondida
con Cristo en Dios para que pueda gustar y comunicar a los hermanos lo preciosa
que es la Misericordia del Señor y lo suave que es vivir en su Casa.
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San José maestro de oración, ruega por mí.
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...................................................Fray Marco Antonio Foschiatti, op
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