lunes, 31 de enero de 2011

Presentación del Señor - Fiesta 2 de febrero

Febrero 2 ……....… La Presentación del Señor………. Tiempo Ordinario

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Bendición y procesión de las candelas
El Señor llega con Poder. Iluminará los ojos de Sus siervos. Aleluya.

Hace hoy cuarenta días hemos celebrado, llenos de gozo, la fiesta del Nacimiento del Señor.
Hoy es el día en que Jesús fue presentado en el Templo para cumplir la Ley, pero sobre todo para encontrarse con el pueblo creyente. Impulsados por el Espíritu Santo, llegaron al Templo los santos ancianos Simeón y Ana que, iluminados por el mismo Espíritu, conocieron al Señor y Lo proclamaron con alegría. De la misma manera nosotros, congregados en una sola familia por el Espíritu Santo, vayamos a la casa de Dios, al encuentro de Cristo. Lo encontraremos y Lo conoceremos en la Fracción del Pan, hasta que vuelva revestido de Gloria.

Oremos
Oh Dios, Fuente y Origen de toda luz, que has mostrado hoy a Cristo, Luz de las naciones, al justo Simeón: dígnate santificar con Tu + Bendición estos cirios; acepta los deseos de Tu pueblo que, llevándolos encendidos en las manos, se ha reunido para cantar Tus Alabanzas, y concédenos caminar por la senda del bien, para que podamos llegar a la Luz Eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

O bien:                             

Oremos
Oh Dios, Luz Verdadera, Autor y Dador de la Luz Eterna, infunde en el corazón de los fieles la Luz que no se extingue, para que, cuantos son iluminados en Tu Templo por la luz de estos cirios, puedan llegar felizmente al esplendor de Tu Gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Marchemos en paz al encuentro del Señor.

Ant. Luz para alumbrar a las naciones y Gloria de Tu pueblo Israel.

………Ahora, Señor, según Tu Promesa, puedes dejar a Tu siervo irse en paz. -Ant.
 
   Porque mis ojos han visto a Tu Salvador. -Ant.
 
……..A Quien has presentado ante todos los pueblos. -Ant.

Se dice Gloria..
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Oración Colecta
Oremos:
Dios Todopoderoso y Eterno, mira a Tus fieles reunidos hoy para celebrar la Presentación en el Templo de Tu Hijo Jesucristo, y concédenos que podamos presentarnos ante Ti plenamente renovados en el Espíritu.  
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
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Primera Lectura Malaquías (3, 1-4)
Esto dice el Señor: “He aquí que Yo envío a Mi Mensajero. El preparará el camino delante de Mí. De improviso entrará en el Santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la Alianza a quien ustedes desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos.
¿Quién podrá soportar el día de Su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejía de los lavanderos.
Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los hijos de Leví y así podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos”.  
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
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Salmo 23……….R-  EL SEÑOR , DIOS DE LOS EJÉRCITOS, ES EL REY DE LA GLORIA
¡Puertas, ábranse de par en par,
agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el Rey de la Gloria!

¿Y quién es el Rey de la Gloria?
Es el Señor, fuerte y poderoso,
el Señor, poderoso en la batalla.
¡Puertas, ábranse de par en par,
agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el Rey de la Gloria!

Y ¿quién es el Rey de la Gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos,
es el Rey de la Gloria.
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Segunda Lectura Hebreos (2, 14-18)
Hermanos:
Todos los hijos de una familia tienen la misma sangre; por eso, Jesús quiso ser de nuestra misma sangre, para destruir con Su Muerte al diablo, que mediante la muerte, dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos que, por temor a la muerte, vivían como esclavos toda su vida.
Pues como bien saben, Jesús no vino a ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham; por eso tuvo que hacerse semejante a Sus hermanos en todo, a fin de llegar a ser Sumo Sacerdote, misericordioso con ellos y fiel en las relaciones que median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del pueblo. Como Él mismo fue probado por medio del sufrimiento, puede ahora ayudar a los que están sometidos a la prueba.
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Aleluya   
Tú eres, Señor, la Luz que alumbra a las naciones y la Gloria de Tu pueblo, Israel.   
Aleluya
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Santo Evangelio según SAN LUCAS (2, 22-40)
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Gloria a Ti, Señor
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Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la Ley de Moisés, Ella y José llevaron al Niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la Ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la Ley, un par de  tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu  Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el Niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la Ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: “Señor, ya puedes dejar morir en paz a Tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a Tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; Luz que alumbra a las naciones y Gloria de Tu pueblo, Israel”.
El padre y la Madre del Niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la Madre de Jesús, Le anunció: “Este Niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al  descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a Ti, una espada Te atravesará el alma”.
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del Templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.
Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del Niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El Niño iba creciendo y  fortaleciéndose, se llenaba de Sabiduría y la Gracia de Dios estaba con Él.  
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
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Oración de los Fieles
Celebrante:

Que nuestra oración, hermanos, se eleve a Dios Padre Todopoderoso, por el bien de toda la humanidad a la que Cristo ha venido a iluminar con Su Presencia y salvar por medio de la Iglesia. Digamos: Haz brillar Tu Luz sobre nosotros.  
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Celebrante:

Dios Todopoderoso y Eterno, que recibiste hoy en Tu Templo a Tu Unigénito, que se ofrecía por nosotros: escucha nuestras súplicas y haz que vivamos en la claridad de Tu Presencia.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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Oración sobre las Ofrendas

Sea grata a Tus ojos, Señor, la ofrenda que la Iglesia Te presenta llena de alegría, a Ti que has querido que Tu Hijo unigénito se inmolara como cordero inocente por la Salvación del mundo.  
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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Prefacio El Misterio de la Presentación del Señor
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y Salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y Eterno, porque al ser presentado hoy en el Templo Tu Eterno Hijo, fue proclamado por el Espíritu Santo Gloria de Israel y Luz de las naciones.

Por eso, nosotros, al venir hoy llenos de júbilo al encuentro del Salvador, Te alabamos con los Ángeles, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
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Antífona de la Comunión  
Mis ojos han visto a Tu Salvador, a Quien has puesto ante la vista de todos los pueblos.  
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Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, Tú que colmaste las esperanzas del anciano Simeón de no morir antes de ver al Mesías, completa en nosotros la obra de Tu Gracia por medio de esta Comunión, para que sepamos buscar siempre a Cristo en esta vida y podamos llegar a contemplarlo en la Eternidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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Fuente imagen:…..http://www.manantialdivino.com/id659.html
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